sábado, 30 de octubre de 2021

PEREGRINO

De una noche de verano surgió una especie de autorretrato o, mejor dicho, un no-autorretrato. 

De un descuido al teclado, salió una melodía.


Yo soy ese artista sin ningún talento,

un romántico que no tiene corazón,

un médico loco que sana a los cuerdos,

capitán que a la vez viaja de polizón.

 

Una misión noble sin su misionero,

un profeta ateo en la busca de un dios,

un diablo aburrido en mitad de cielo,

un santo sin nicho en ningún panteón.

 

soy un borrón,

la confusión

detrás de un mal sueño.

 

La gran pausa que está tras tu punto y aparte,

el error gramatical de algún gran escritor,

la triste vocal que está entre consonantes,

un buen punto final a un mal verso de amor.

 

Soy la solución que busca un problema,

un signo mal puesto en cualquier ecuación,

error de concepto de algún mal teorema,

esta idea genial bajo aquel gran tachón.

 

soy un borrón,

la confusión

detrás de un mal sueño.

 

Las arrugas que ocultan lo joven que soy

empañan la inocencia que hubo en mi corazón.

Voy desnudo bajo este traje de bufón

y escondo con rarezas lo muy vulgar que soy.

 

Soy la vía rota en mitad del viaje,

el fantasma de un tren que no descarriló,

la maleta vacía que busca equipaje,

un barco sin ancla con un ciego al timón.

 

Yo soy ese okupa dueño de un imperio,

soy un refugiado de mi propia razón,

aquella mansión que no tiene techo,

el sótano oscuro donde se esconde el sol.

 

soy un borrón,

la confusión

detrás de un mal sueño.

 

las arrugas que ocultan lo joven que soy

empañan la inocencia que hubo en mi corazón

voy desnudo bajo este traje de bufón

y escondo con rarezas lo muy vulgar que soy.

 

 

peregrino sin destino

soy

peregrino en un camino

que gira

y no tiene fin

 

 

Soy un nunca jamás que va entre interrogantes,

la promesa rota del sexo por amor,

lo que nunca te dije ni podré robarte,

soy un puede, un quizás, un a veces…

 

… un a veces…

 

… un a veces…

 

… un no.