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viernes, 14 de mayo de 2021

GRAMÁTICA Y ARQUITECTURA

En Abril de 2021 el IES López de Arenas de Marchena convoca el I CONCURSO DE MICRORRELATOS "DE LA IMAGEN AL TEXTO" del que hemos quedado finalistas.
Con una foto del Pazo de Meirás, se debía componer un microrrelato:


GRAMÁTICA Y ARQUITECTURA

El arquitecto muestra orgulloso el proyecto a su mentor, que inspecciona los planos para construir en su mente los volúmenes allí dibujados. Al rato, y como volviendo de dar un paseo por el edificio ya construido, el veterano alza una ceja y mira fijamente a su joven protegido.

–Esta obra es para un escritor, ¿verdad? –le dice sonriendo.


El arquitecto más joven, que se tiene por hombre discreto, inspecciona los planos intentando descubrir dónde ha dejado una pista tan evidente de la profesión de su cliente.


–Sí –dice rindiéndose–, concretamente para una escritora. Pero nadie lo sabe y a nadie se lo dije, así que, maestro –hace un gesto de impotencia hacia los planos–, ¿cómo lo supo?


–Es evidente –dice el veterano, no sin cierta sorna–, ya que si no, ¿a santo de qué ibas a proyectar una torre en mayúsculas y otra en minúsculas, si no es para alguien acostumbrado a semejantes distinciones en su profesión?








martes, 10 de abril de 2018

DEL LUGAR


Sobre la pizarra del suelo, mampostería basta de caliza y pizarra de la zona unidas con mortero de cal del lugar.
Sobre el muro de piedra, adobes hechos con barro y paja, moldeados en el mismo lugar.
Sobre el adobe, madera de encina y roble, todos de los bosques del lugar.
Sobre la madera, tejas cocidas con arcilla de la zona.
Cubriéndolo todo, cal morena. También hecha en el entorno.


Perdonadme si me asombro cuando escucho a los que venden esa nueva "arquitectura sostenible".

O "ecológica".

O del lugar.

miércoles, 14 de junio de 2017

JORNADA LABORAL

Un hecho real:

Nos encargaron hacer el inventario/valoración de una serie de viviendas, caseríos, parcelas, pabellones industriales, etc para una entidad oficial. Se suponía que habían avisado a los propietarios de que íbamos a ir para ese fin.

A mí me tocó ver los edificios residenciales: casas, pisos, caseríos, etc. Me dieron una serie de números de teléfono y contactos para quedar y visitar las fincas. Agrupé las visitas en un par de días esperando acabar sin problemas.

Lamentablemente, se corrió el rumor de que se iba a realizar una expropiación bestial y que íbamos allí para ver qué había y valorar por cuánto le iban a "robar" sus casas y caseríos a los habitantes de la zona, quienes nos esperaban de modos muy diversos, hasta el punto del surrealismo. 

Agotado y muy enfadado, escribí un resumen de la primera jornada. No es exagerado, incluso diría que me quedo corto en todo lo que pasé aquel día.

Ahí va el resumen no oficial de una jornada de 10 horas tal cual lo escribí en su día. He borrado la finalidad del trabajo y la localización:

- Primera visita a las 9:15.

- Chaparrón y gran calada. Lo habitual.

- Visita a un museo del hierro. Petición de valoración de las vistas y el sentimiento. "Si Txillida leku vale 80 millones, mi casa más."

- Explicación a la propiedad: estoy haciendo un inventario.

- Me ha mordido un perro patada. Me he enterado porque me pesaba la pierna.

- Me han dado cuatro huevos de caserío. "no, mujer, que tengo que ir a visitar muchas casas, ¿qué hago con esto?" "Pues aquí te los dejo y cuando acabes los recoges."

- Al volver a por los huevos se me ha lanzado el perrillo de antes. Otra vez.

- Explicación a la propiedad: estoy haciendo un inventario.

- Visita a una vivienda con anejo cuadra adaptada a minusválidos.

- Explicación a la propiedad: estoy haciendo un inventario.

- Visita a la vivienda donde un domingo de hace treinta y cuatro años el propietario cogió la escopeta y mato a su mujer, a su hermana y a su cuñado. A un cuarto no lo mató por falta de cartuchos. "Si miras al techo, verás todavía los agujeros"

- Explicación a la propiedad: estoy haciendo un inventario.

- Visita a un antiguo monasterio donde no había ni un religioso. "Tenían las troneras para ver a las monjas".

- Explicación a la propiedad: estoy haciendo un inventario.

- Charla de diez minutos a la entrada y diez a la salida con el casero de 150 años que casi se me echa a llorar (literalmente)  txurra en mano y que me confirma que si no fuera porque es pecado, se liaría a tiros con estos socialistas que le van a robar su casa para (omito la finalidad). Varias veces repetido. Le creo cuando casi se echa a llorar otra vez y lanza la txurra contra el tractor por pura impotencia.

- Recepción con la siguiente frase: "¡¡eh, quieto, que mira lo que tengo en la mano!!". Lo de la mano era una piqueta de obra y el tío era el hijo del casero de los tiros, gritando desde la cumbrera del caserío para que no diera ni un paso ni p'adelante ni p'atrás. Yo, una estatua con los brazos en alto. Creo que no me la ha lanzado porque estaba hablando con su madre, la mujer del de los tiros.

- Explicación a la propiedad: estoy haciendo un inventario. No me han creído, me han hecho llamar al jefe y finalmente me han pedido que volviera el lunes.

- Visita a una mujer de unos ciento veinte años que me pide que no la saque en las fotos fumando.

- Explicación a la propiedad: estoy haciendo un inventario.

- Visita a una mujer que me pide que no saque sus pájaros en las fotos.

- Explicación a la propiedad: estoy haciendo un inventario.

- Información de la vecina de arriba: "hace tiempo vino uno de la diputación a ver al vecino de abajo y le dijo que se buscase la vida, que iban a quitar todas estas casas". Eso es delicadeza. Y a mí me piden discreción.

- Charla a través de una valla con una señora en pijama para quedar el miércoles mientras se lía a golpes de paraguas plegable con su perro de doscientos kilos y más alto que la valla para que nos deje hablar. Infructuosamente, por supuesto. Hemos quedado mañana a las guau guau guau.

- Explicación a la propiedad: estoy haciendo un inventario. Respuesta de la señora: "ah, sí, para ver por cuánto nos compran la casa cuando pongan lo de (omito la finalidad), ¿no?".

- Son las 14:25, me tengo que ir a Irun a las 15:00 para ver si puedo comer a las 15:45 en Donosti.

- Con las lentejas puestas, cita a las 16:30 concertada ayer para escuchar lo siguiente: "no, no te dejo entrar en mi casa". Así en tres viviendas seguidas. ¿Y para eso hemos quedado hoy?

- Explicación a la propiedad: estoy haciendo… bueno, eso. Que ya, ya…

- Vuelta al estudio para ordenar la información: 15 visitas, 67 fotos, 11 croquis, no está mal.

- Suena el teléfono hacia las 18:00 y me preguntan que qué hago asustando a la gente con lo de la expropiación de las casas de (omito el lugar)


- Explicación: estoy haciendo… nada, no estoy haciendo nada porque nadie me cree.


lunes, 16 de enero de 2017

ARQUITECTURA NEOPOSTCONSTRACTACIONAL

En las postrimerías del siglo XX, un grupo de alumnos de arquitectura que formaban un comando decidieron buscar la luz, encontrar la verdad, hallar la senda que guiase sus pasos como arquitectos. De toda la sapiencia que pudieron encontrar, extrajeron un decálogo básico fundando, así, la arquitectura neopostconstractacional.

Y lo peor de todo, es que es un hecho real:

1.- Hay que hacer espacios majos.
Corolario : Con el mínimo costo hay que crear espacios fenomenales
(profesor de economía)

2.- Las cosas no se caen porque tienden a no caerse.
(profesor de patología constructiva)

3.- El culpable del suelo vicioso es el arquitecto.
Corolario : El arquitecto es culpable de todo mientras no se demuestre lo contrario
(profesor de patología constructiva)

4.- No hay que hacer zapatas con molduras.
(profesor de economía)

5.- Peor es mejor.
Popular

6.- Lo que no tiene solución es encontrar la solución a tiempo.
(profesor de urbanística)

7.- El arquitecto es la chacha para todo.
(profesor de arquitectura legal)

8.- La obra está ahi desde que se ha acabado.
Objeción : Si la obra se ha acabado, la obra ya no está ahi.
(profesor de economía)

9.- Los arquitectos viven en constante libertad condicional.
(profesor de estructuras)

10.- Si el arquitecto conoce a la mujer de su vida debe hacer separación de bienes, poner todo a su nombre... y llevarse muy bien con ella.
(profesor de arquitectura legal)


Nota para ignorantes :
La arquitectura neopostconstractacional se deriva directamente de las enseñanzas de la economía urbana y la organización de obras, de tal modo que su único objetivo es lograr más viviendas y menos densidad y mejores precios y mejores espacios públicos. ¡Y más bonitos !


M.A.T.A.
Movimiento
Anti
Trepa
de
Arquitectura

En su día nos reimos y nos lo tomamos como una broma.
Hoy, suscribimos todos y cada uno de los puntos del decálogo.

lunes, 9 de enero de 2017

PAH-TRIMONIO

Erase una vez, hace muuucho, mucho tiempo, un grupo de seres de dos patas y habilidad en las manos, hartos de sufrir las inclemencias del tiempo, decidieron buscar cobijo. No estaba mal para sus primos, los estúpidos y chillones monos, mojarse o pasar frío agarrados a un árbol o en pequeños nichos del bosque, pero nuestro grupo empezaba a ser ya lo suficientemente grande y complejo como para necesitar eso que no sabían definir porque no tenían un idioma lo suficientemente desarrollado, pero que nosotros hoy llamaríamos comodidad, seguridad, bienestar.

Rogaron a los dioses de la lluvia que cesaran en sus chaparrones, bailaron al son de palmas ateridas de frío para que los dioses del hielo no fuesen tan crueles, pidieron a los dioses de la selva tranquilidad por las noches para no tener que dormir siempre pendientes de un ataque depredador…

… pero los dioses todavía no estaban muy atentos o, simplemente, tenían otros planes, por lo que debemos deducir que únicamente el hartazgo por parte de uno de los componentes de nuestro grupo los llevó a buscar un refugio adecuado a las condiciones de vida de todo el grupo.

Este miembro, al que todos llamaban por su grito de guerra, Aarkh, siempre inquieto y con una tendencia innata a tropezar con las raíces de los árboles por estar siempre mirando hacia sus copas, exploró el entorno de caza y consideró que una serie de grandes huecos en la ladera de un monte cercano podrían acoger a todo el grupo que, por puro cansancio, lo siguió hasta lo que fue la primera morada fija del hombre y que llamaron Lakueh-Bah.

Tener una residencia fija que garantizaba la cobertura ante las inclemencias del tiempo, que hacía posible mantener las hogueras siempre encendidas y protegerse de los depredadores permitió al grupo aplicar su energías en desarrollar habilidades como cocinar, coser, tallar, pintar y mejorar sus métodos de comunicación.

Pasó el tiempo y el grupo, con una identidad propia que les permitía llamarse a sí mismos el Pueh-blo (aunque alguno insistiera en llamarse la Penyha, más que nada por el lugar de residencia), empezó a darse cuenta de que las manadas de herbívoros que les servían de principal fuente de nutrición estaban cada vez más lejos. Salir a cazar y volver el mismo día empezaba a ser complicado, y muchas veces la noche los sorprendía lejos de la cueva. Los cazadores tenían que pasar muchas noches viviendo como lo hacían antes, con frío y miedo.

En una de esas noches de caza, tras el enésimo tropezón con una raíz especialmente pequeña, nuestro amigo Aarkh, helado, temblando de miedo y muy cansado de pasarse el día con los dedos de los pies hinchados de tanto golpe, no pudo levantarse más. Apoyó la espalda contra el tronco del árbol y se recostó cómodamente a esperar que un tigre de dientes de sable se lo comiera o que el agua-nieve que caía lo acabase de congelar. Al rato, pudo fijarse en que a su alrededor el suelo estaba blanco y húmedo, pero que él estaba seco. Miró hacia arriba, como era su costumbre, y se percató de que estaba sentado bajo una gigantesca hoja que le estaba protegiendo de la lluvia y la nieve. Rápidamente buscó al portador del fuego, un tal Keeh, siempre envuelto en humo a causa de acarrear constantemente una brasa entre sus pieles, y entre los dos consiguieron hacer una hoguera bajo la hoja. La hoguera no se apagó gracias a la cobertura de la hoja y aquella noche se permitieron el lujo de no pasar mucho frío y de espantar a los tigres de dientes de sable o cualquiera de sus parientes carnívoros, excepto un par de veces en las que empezaron a dudar de que el tigre dientes de sable tuviera mucho miedo al fuego, pero esa es otra historia.

Al día siguiente, cuando todo el grupo de caza (excepto dos, los que comprobaron lo del miedo del tigre de dientes de sable al fuego, ya sabes…) volvió a la Lakueh-Bah, Aarkh desarrolló el sistema de cobertura que él llamó The-Txo para poder transportarlo y pasar las noches que fueran necesarias fuera de Lakueh-Bah. Curiosamente, los machos de la manada empezaron a pedir salir de caza, cuando antes siempre habían intentado evitar estas salidas invernales, y el The-Txo se quedó pequeño para todos.

Como las rutas de los herbívoros eran más o menos regulares, a Aarkh se le ocurrió la idea de hacer un The-Txo fijo y estable cerca de esas rutas a una distancia de una jornada de Lakueh-Bah.

Este The-Txo podría ser más grande, más sólido, mucho más estable que unas simples hojas de Árbolus-gigantus, y podría acoger a un gran grupo de machos cazadores. A este The-txo más grande le añadieron unas paredes de madera y piedras. Rápidamente, Aarkh solucionó el primer problema que les surgió y tuvo que inventar una cosa que él llamó Phuer-Tah, ya que sin ella todo el grupo se quedaba sin poder entrar cuando construían las paredes desde fuera, y sin salir cuando construían las paredes desde dentro. Pronto empezaron a oler como Keeh, lo que disgustaba mucho al resto de la manada cuando volvían de caza a Lakueh-Bah, y Arkh tuvo que inventar un hueco en el techo para que el humo de la hoguera escapase libremente, pero sin dejar entrar la lluvia, al que llamaron Tximh-eneh. Tras una serie de desafortunados y lamentablemente bochornosos desencuentros entre ellos por falta de visibilidad, tuvieron que inventar un agujero en las paredes a los que llamaron Vent- Anaaah. Y así, poco a poco, Aarkh fue resolviendo los problemas de utilidad de aquella construcción.

Poco a poco, las jornadas de caza se fueron espaciando y en vez de pasar uno o dos días fuera, los machos cazadores empezaron a estar una semana o dos sin regresar a la cueva, enviando de vez en cuando unas piezas de carne mediante uno de los miembros más rápidos del grupo que se llamaba Mensh-Akah, y que era capaz de ir y volver en la misma jornada para pasar la noche en lo que ellos llamaban Eltxa-Boloh.

Era inevitable que estallase la violencia. En poco tiempo, los grandes machos cazadores se vieron superados por las fuerzas hostiles que surgían desde el propio seno del Pueh-bloh y tuvieron que enseñar a las hembras dónde demonios pasaban las noches con los amigotes y a ver si era verdad eso de que te ibas al trabajo y no de parranda por ahí, que me han dicho que no todo es trabajo y no me sacas de casa pero tú que te crees que ya me lo dijo mi madre.

Las hembras vieron la zona de Eltxa-Boloh y no dudaron un instante en comprobar que era mucho más cómodo vivir en él que en la fría y húmeda cueva. Rogaron a Aarkh que les montase una de esas cosas para vivir cómodo y calentito y, tras uno o dos garrotazos, Aarkh decidió que era mejor ceder a la voluntad de los poderes fácticos del Pueh-Bloh e inventar la construcción en serie.

Vivir en el valle tenía la ventaja de estar cerca del río, tener las manadas de caza cerca, y un entorno mucho más agradable para desarrollar actividades como la agricultura o la ganadería. Al igual que sucedió cuando se trasladaron a Lakueh-Bah, el grupo se desarrolló intelectualmente y desarrolló relaciones complejas, con jerarquías, categorías, grupos y demás lobbys dentro del Pueh-Bloh. Siguiendo su más puro instinto humano, estos grupos decidían resolverlo todo a golpe de garrote o hachas de sílex hasta que un día, tras un pleno en el que las decisiones estaban férreamente enfrentadas, con empate de dos cráneos rotos por cada bando, les pilló por sorpresa una tormenta que los empapó y zarandeó de tal manera que la mitad de la corporación pasó a mejor vida. El resto de habitantes, que solían decidir las cosas a base de pensar un poco más, decidió encargarle a Aarkh un edificio tipo Eltxa-Boloh, pero más grande y que sirviera para que los debates de los jefes se realizasen bajo un The-Txo y sin Vent- Anaaah para no tener que ver el bochornoso espectáculo que sus dirigentes ofrecían por aquel entonces cada vez que tenían que decidir algo.

Aarkh tuvo que pensar. Y pensar. Eltxa-Boloh, pero en grande y sin Vent-Anaaah. Novedoso, diferente, especial.

Pidió un espacio mayor de suelo dentro del recinto del Pueh-Bloh. Giró la edificación respecto a las demás, utilizó gruesas ramas de árbol, asentó estos grandes soportes sobre gruesas piedras, amplió la Txim-eneh para que entrase luz en vez de por la inexistente Vent-Anaaah y puso un The-Txo más pequeño para cubrir la gran Phuer-Tah de entrada.
Lo llamó Cash-onah y se lo mostró a sus conciudadanos.

Inmediatamente, los habitantes del Pueh-bloh intentaron lincharlo. Transgresor, radical, marginal, extremista, so moderno, le llamaban. ¿Cómo te atreves a hacer algo así con un edificio que es para todos? ¿Cómo tienes esa cara tan dura, esa falta de escrúpulo? Mereces la muerte, le decía una de las dirigentas, por dejar esa “cosa” para las futuras generaciones.

Aarkh desapareció esa misma tarde y nunca más volvió a saberse de él, aunque dice la leyenda que de vez en cuando se escuchan desde la selva continuos golpes de pies contra raíces y sordas maldiciones en voz baja… pero eso es parte de otra historia.

Pasó el tiempo y el Pueh-bloh siguió construyendo sus Eltxa-Bolohs imitando lo que Aark les había enseñado. Se utilizaron árboles más grandes, se revolucionó la técnica de los materiales con la arcilla, con el adobe, con la madera trabajada, con la tela, y poco a poco el Pueh-bloh se fue quedando pequeño para tanta edificación moderna y rápida. Fue por lo tanto, inevitable, que un día uno de los grandes dignatarios de la corporación propusiera rehacer la Cash-Onah, aprovechando que era propietario de uno de los lodazales de los que salían las tejas con las que cubrir las modernas construcciones que reinaban en el Pueh-bloh, y, de paso, aprovechar que su primo tenía un trozo de monte granítico para hacer paredes, y un cuñado tercero sabía encerar papiros para ventanas, etc.

Pero algo pasó.

¿Deshacernos de la Cash-onah? ¿De NUESTRA Cash-onah? Está vieja, sí. Y en su día la tacharon de fea, transgresora y ofensiva, sí. O no. No sé, ya no me acuerdo. ¿Cómo la iban a tachar de fea, si lleva ahi toda la vida? Y necesita una buena mano de cal, sí. Pero es NUESTRA Cash-onah.

Se asentó en el Pueh-bloh una nube de melancolía. Ya no sería lo mismo. Aquel trocito de ruina vieja que no daba más que problemas no podía desaparecer. El tejista, el piedrista y el cerista preguntaron mil veces: ¿Por qué no podemos deshacerla? Y nadie supo contestar.

Insistieron. Y la pena siguió ahondando en el Pueh-bloh.
Insistieron. Y la pena se convirtió en dolor.
Insistieron. Y, curiosamente, tres garrotazos en sendas cabezas recondujeron el dolor del Pueh-bloh a las cabezas del tejista, el piedrista y el cerista.

Quienes no volvieron a insistir, y la casona se salvó.

Aunque dice la leyenda que cuando nadie miraba, los tres se giraron, agacharon la espalda, se frotaron las manos, miraron de reojo a cámara y mostraron su más fea y aviesa sonrisa mientras aparecía el rótulo de:

¿FIN?


Y eso no es parte de otra historia.