miércoles, 4 de septiembre de 2024

REFLEXIÓN GENÉTICA

El otro día vi en el parque un montón de perros de razas diferentes. Cuenta el rumor popular que no son más que el resultado de una selección humana. Lo que me lleva a pensar que hemos andado a jugar a Dios con los perros.

Cuando me cuentan que somos la obra de Dios, la selección genética de sus directrices grabadas en nuestro ADN, entiendo que todo el mundo piensa que él ha hecho con nosotros lo mismo que nosotros con los perros y, partiendo de homínidos básicos, hemos llegado a ser lo que somos.

Pero mientras que la gente piensa que somos los orgullosos mastines, o pastones alemanes, o alguna de esas orgullosas, recias y preciosas variedades de perro, cada día estoy más convencido que a efectos de deriva genética, no somos más que los chihuahuas de la creación.