Soy lento, muy lento para aprender.
Toda la vida escuchando a Sabina.
Toda la vida buceando en su poesía.
Y sólo hoy, treinta años después, lo he entendido.
Iba a toda prisa por la acera, con la cabeza volada y el corazón desbocado por no llegar tarde otra vez y me he dado cuenta de que estamos a primeros del mes de abril.
He hecho cuentas y en un arrebato histérico he sacado un sucio calendario del bolsillo y he gritado ¿¡Quién me ha robado el mes de abril¡?
Estaba avisado, pero ¿cómo pudo sucederme esto a mí?