Una canción.
Un pequeño intento de meternos en la mente de esa gente que no ve el final, que mira alrededor y sólo ve vacío, sin un punto al que poner rumbo y que, por mucho que los de alrededor lo intentemos, no es capaz de darse cuenta de que todo eso sólo está en su mente.
Aunque es un mar metafórico, no se aleja mucho de la mar real.
Si un día ves flotar mi barca,
intenta hacerme una señal.
Yo remaré con toda el alma
y te prometo llegar.
intenta hacerme una señal.
Yo remaré con toda el alma
y te prometo llegar.
Las horas son viento y borrasca,
los días, un temporal,
los meses, nieve y agua helada,
la vida, una tempestad.
El Tiempo, un mar sin esperanza
casi imposible de navegar
donde el destino de mi barca
es naufragar.
Perdido en este mar
nunca aprendí a nadar.
Navego a ciegas sin rumbo
ni dirección.
Sin mapa y sin compás
mi ruta me llevará
al remolino y
la perdición.
Océano de horas muertas,
mar que no muestra el final,
surcado por noches en vela
y horas de sueño sin paz.
Desierto hecho de almas huecas,
la vida muere al intentar
calmar la sed con su agua seca
llena de sal.
No puedo descansar,
navego sin parar
y remo contra sus olas
con la intención
de poder encontrar
un puerto para atracar
o habrá un naufragio
en mi corazón.
Si un día ves flotar mi barca,
recuerda hacerme una señal
y remaré con toda el alma
hasta llegar...
Dime cómo escapar
muy lejos de este mar,
enciende un faro que guíe
a mi timón.
Ayúdame a aguantar
las olas que intentarán
hundir este pobre
cascarón
las olas que intentarán
hundir este pobre
cascarón